Radio Universidad de San Juan

“Nos mataron a un hijo y encima tenemos que rogar justicia”: el grito desesperado de Familias del Dolor y la Esperanza.

En Argentina, los homicidios viales rara vez tienen castigo. La Asociación Familias del Dolor y la Esperanza denuncia la impunidad, acompaña a víctimas y redobla su presencia en las calles con nuevas acciones. “La justicia no debería ser un privilegio”, reclaman.

«Te llaman para decirte que tu hijo tuvo un accidente, pero cuando llegás, ya está muerto. Y después empieza el verdadero calvario: el abandono, la impunidad, el silencio del Estado”. Las palabras de Silvia, madre y referente de la Asociación, desgarran.

Pero Familias del Dolor y la Esperanza no se resigna. Se organiza, visibiliza, exige y sobretodo, acompaña. Porque, como repiten con fuerza: “La justicia no debería ser un privilegio, sino un derecho”.

La entrevista en La Mañana de Radio Universidad no dejó a nadie indiferente. Los integrantes de la Asociación, formada por familiares de víctimas de hechos violentos —en su mayoría sin condena firme—, expusieron lo que muchos prefieren no ver: que en Argentina la justicia para las víctimas de siniestros viales suele brillar por su ausencia.

“El que mata al volante camina libre. Nosotros, en cambio, quedamos presos de un duelo eterno”, denuncian. Según cifras de la Asociación, menos del 10% de los casos por homicidios viales llegan a una sentencia ejemplar. La mayoría se diluye entre excusas judiciales, expedientes dormidos y pactos de silencio.

Lejos de detenerse, la Asociación se prepara para semanas clave: Este sábado realizarán una nueva reunión abierta en el Centro Cultural Casa de Piedra, donde recibirán a nuevas familias que atraviesan procesos judiciales paralizados.

En junio, lanzan el documental “Vidas que no prescriben”, que contará con testimonios de familiares de víctimas de todo el país.

También impulsan un proyecto de ley para endurecer penas por homicidios viales con alcohol al volante, y reclaman a los jueces “que dejen de mirar para otro lado”.

“Si no peleamos nosotros, no pelea nadie. Y no lo hacemos solo por nuestros hijos, lo hacemos para que no haya más familias rotas como las nuestras”, dice entre lágrimas una de las madres al aire.

La empatía se cuela entre las palabras, pero también la rabia de la impunidad que, en Argentina, sigue matando en silencio.

Nota Asociación Del Dolor y la Esperanza en la Mañana de Radio Universidad 93.1

Scroll al inicio